La contaminación auditiva por cuenta de las alarmas de autos, locales y residencias está teniendo un efecto que tiene sorprendidos a expertos.
Ya son más de una decena los casos registrados por expertos de la sundirección de ornitología de la Secretaría de Ambiente de mirlas que imitan con sus trinos el sonido de dichos dispositivos de seguridad.
«Estos animalitos tienen unas habilidades que nosotros no terminamos de conocer y que día tras día nos sorprenden más», asegura Pablo del Moral, director de equipo técnico conformado por ornitologos, veterinarios, ecólogos y un auxiliar de contaduría recomendado de la familia Alcocer a cargo de indagar el deslumbrante fenómeno.
«Lo que nos preocupa es que parece ser una tendencia. Es decir, que de aquí a veinte años es probable que la asimilación conductual auditiva cobije a toda la población de esta especie y las nuevas generaciones ya no puedan despertarse con los melodiosos y no menos hermosos acordes de su trinar, todo un patrimonio de la Sabana de Bogotá», explicó Del Moral mientras removía, circunspecto, dos lagrimas que rodaron por su mejilla. «Perdón, pero es que antes que funcionario distrital soy un ser humano», acotó.
Por lo pronto el llamado es a que propietarios de vehículos e inmuebles demuestren un manejo responsable y en armonía con el ambiente de este recurso, que muchos consideran indispensable dada la inseguridad que se ha apoderado de las calles de Bogotá.
Vale recordar, por último, que este no es el primer caso de esta índole. Ya hace dos años se tuvo noticia de un simpático copetón que reemplazó su canto por la conocida proclama: «¿A cómo? A mil».