Publicado el por en Interné, Judicial.

La que parecía ser una solución ideal para millones de colombianos que en el mes de marzo desarrollan síntomas de ansiedad por cuenta de su ineludible obligación de asistir a la asamblea anual de copropietarios de la propiedad horizontal en la que está ubicada su casa o apartamento tuvo un triste y abrupto final.

Por cuenta de una circular del Ministerio de Vivienda quedó prohibida de manera tajante la posibilidad de que un rappitendero sustituya, aun con poder amplio y suficiente mediante, a un copropietario.

Esta decisión se produce tras varios episodios ocurridos la semana pasada en los que la totalidad del quorum de varias asambleas estuvo compuesto por jóvenes allí presentes gracias a la nueva funcionalidad Rappi-Asamblea que acababa de ser lanzada por la aplicación. La constante en estas reuniones fue la imposibilidad de si quiera llamar a lista pues la atención de los rappiasambleistas en ningún momento se apartó de su teléfono inteligente.

‘Es verdad que recurrir a rappiasambleístas te libera de la obligación de contratar según cualquiera de las modalidades fijadas por la ley a un ciudadano y de esta manera contraer onerosas obligaciones que van en directa contravía de los preceptos e ideales de la economía naranja. Me refiero al auxilio de transporte o al derecho a refrigerio o a pausa para atender  necesidades fisiológicas, pero es que ya estábamos ante un abuso que podría impactarnos hasta el crecimiento económico. Es que sin los cambios de los ascensores, que es lo que se está decidiendo en las asambleas por esta época, y que valen una millonada la economía en 2019 no podría crecer al 3.2 sino al 0.30’, le explicó a este portal una fuente del ministerio que pidió reserva de su identidad.

Pero esta no parece ser la única razón detrás de la decisión. El fortísimo lobby del gremio de los administradores de finca raíz también habría estado detrás. La razón: los cinco casos de ataques crónicos también de ansiedad que sufrieron administradores tras ver a decenas de bicicletas ‘afeando las fachadas’ de los inmuebles a su cargo.

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