Diversas fuentes de la entraña de la selección Colombia le han confirmado a este portal lo que en principio era un rumor: la camiseta con la que saltó a la cancha el lateral Pablo Armero no es original, es una réplica de fabricación china, como aquellas que se consiguen en las calles del país por una suma considerablemente inferior a la disponible en tiendas Adidas.
Al parecer, el lateral del Flamengo descubrió que podía obtener ingresos extra si le hacía llegar su indumentaria de dotación a un primo suyo que tiene un puesto en la galería Alameda de Cali en el que vende dichas prendas. A cambio, su familiar le envía ejemplares de su inventario que, por supuesto, son de inferior calidad y, en ocasiones, pues los falsificadores chinos perfeccionan cada vez más su técnica, presentan un diseño disonante con relación a la oficial.
Para más señas, la fuente aseguró que la marca utilizada por el ex Milán era la legendaria Ciciclas y que el origen de la misma habría quedado al descubierto en el entretiempo cuando Pékerman le preguntó si se sentía bien, pues el aspecto “mareado” del color de la misma lo hizo temer que estuviera expulsando bilis por las glándulas sudoríparas y que dicha sustancia hubiese producido el “degradé” de marras.
Ante el hecho, nos hemos enterado de que para el partido de hoy contra Brasil Adidas instalará en la boca del túnel del estadio Monumental de Santiago un lector de barras que constatará que el uniforme que portan los integrantes del combinado patrio es, en efecto, el que corresponde. Así mismo se estaría pensando en prohibir el envío de encomiendas desde el hotel donde está concentrado el equipo de Pékerman.
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