Publicado el por en Bogotá, Entretenimiento, Farándula.

La Alcaldía Mayor de Bogotá anunció hoy que ha adquirido la totalidad de la boletería del concierto del cantante guatemalteco previsto para el 16 de este mes en el Estadio el Campín, el segundo que realiza en la capital de la república después del que tuvo lugar anoche en este mismo escenario.

Pretende la administración reunir esa noche todos aquellos ciudadanos que han sido sorprendidos incurriendo en contravenciones, en particular a los famosos «colados» de Transmilenio, pero también a quienes deben comparendos de tránsito, a aquellos que han sacado su basura en días que no pasa el camión y a tuiteros que han matoneado al alcalde, Gustavo Petro.

«Es una medida pedagógica masiva y de gran impacto, yo creo que estamos marcando un antes y un después en asuntos de convivencia y sanciones alternativas, es algo grande, histórico e irrepetible, como todo lo que se le ocurre a nuestro querido líder», aseguró la Secretaria de Gobierno, Marta Zamora.

En la rueda de prensa en la que se presentó la medida se aclaró que a la entrada se harán requisas para evitar que los asistentes lleven tapones o cualquier tipo de objeto que pueda servirles para obstruir sus conductos auditivos y fue enfática la Secretaria de Gobierno, Marta Zamora, en que el cantautor cantará «el 80% de su repertorio, es decir, puede que nos vayamos hasta las tres de la mañana». A la salida se le expedirá a los asistentes un certificado de que se encuentran a paz y salvo con el Distrito. La funcionaria aprovechó para acusar de mafiosas a organizaciones que, como Human Rights Watch y el Colectivo de Abogados José Alvear, pusieron el grito en el cielo al enterarse de la idea asegurando que «esta configura una violación masiva, atroz e inaceptable desde cualquier punto de vista a los Derechos Humanos».

Por último, se aclaró que no se permitirá, por más de que insistan, el ingreso a flagelantes o penitentes, cualquiera sea su religión.

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