Un detalle hasta hoy desconocido del robo de 14 armas de una estación de Policía en Suba el pasado jueves fue revelado por las víctimas del hecho y tiene que ver con la tardía reacción de las unidades de la Policía Metropolitana. Según la denuncia, estas solo se hicieron presentes en lugar de los hechos dos horas después.
«Apenas nos dimos cuenta llamamos al 123. Nos pidieron hasta el número del RUT y el del RIT que para validar la llamada. Cuando por fin les pudimos contar de qué se trataba nos dijeron que ya despachaban una patrulla, pero esta nunca llegó. Le tocó a mi teniente volver a llamar a la hora y otra vez el mismo trámite y que ya mandaban unos motorizados y nada. Tocó que llamara mi coronel para que por fin se pasaran los del cuadrante, que llegaron, miraron y dijeron que ni para qué denunciar si hay paro y las cárceles ya están llenas. Hasta echaron un chiste: preguntaron que si al mando estaba el general Alzate», afirma, sin despegar la mirada del juego de Candy Crush en la pantalla de su teléfono inteligente, uno de los patrulleros de la estación víctima del latrocinio que prefirió mantener la reserva de su identidad.
Fuentes del 123 negaron los hechos. «Nada de eso es cierto, tenemos los registros que indican claramente cómo apenas se recibe y valida la primera llamada siendo las 22:34 se produce el despacho de una unidad de reacción inmediata que llegó a la estación de Bosa a los diez minutos. Ante la segunda comunicación se envía la unidad motorizada a las 23:33 y esta llega a la estación de Kennedy cinco minutos después. Como se ve, el 123 funcionó sin inconveniente, esas acusaciones sin duda vienen de la mafia de las pegas a esta línea», afirmó el supervisor que estaba de turno a esa hora y que también pidió reserva de su identidad.
Tras el hecho se envío una circular a estaciones y CAI recomendando extremar medidas de seguridad sobre todo en esta época decembrina y no se descarta la posibilidad de contratar vigilancia privada.