El que parecía un repudiable caso más de robo de bebés recién nacidos tuvo un inesperado desenlace.
Todo comenzó cuando cuando Clarivida Molano ingresó al hospital “Nene Mackenzie” de Soledad, Atlántico y sustrajo a un menor sin dejar rastro alguno. Como suele ocurrir en estos episodios, las hipótesis iniciales sugerían una crisis emocional sumada a un deseo incontrolable por ser madre, pero luego se hallaron indicios de que detrás del hurto se escondía un oscuro negocio de la joven delincuente con una pareja europea que pidió no ser identificada.
“Habíamos concretado el pago así: 50% antes y 50% a la entrega pero cuando ella llegó con el niño realmente nos sorprendió” Afirma la joven de origen europeo. “De verdad qué no podíamos recibirlo, simplemente porque ese no fue el acuerdo al que llegamos”.
¿Qué pudo ser tan grave y tan irremediable para que esta pareja no pudiera llevar a su nuevo hijo a vivir una vida llena de prosperidad con todas las ventajas del primer mundo?
Todo apunta a que mientras la joven pareja había cerrado el negocio por un niño afro, de facciones alegres y de ojos grandes, la “comerciante de niños” les llevó a “un pequeño Quasimodo color lenteja» según descripción del fallido padre. “No tuvimos otra alternativa, ya habíamos pagado mucho dinero y esta mujer no nos quería hacer un reembolso así que tuvimos que poner la queja con la Policía”, precisó.
Así fue como el caso llego a oídos de la comunidad y la secuestradora fue prontamente detenida. Ante un juez de control de garantías se legalizó su captura, audiencia en la que aceptó el cargo de secuestro, más no el de estafa pues asegura que con el tiempo «el niño va a ser bonito
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