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En esta jugada, sin que nadie lo supiera, se decidió el partido.

Por cuenta de una demanda de oficio radicada hoy por la ONG irlandesa «Work great, live great», que lucha contra el matoneo laboral, el regaño del técnico del Juventus, Massimiliano Allegri, al futbolista colombiano Juan Guillermo Cuadrado que registraron las cámaras de la transmisión podría costarle al equipo de Turín los tres puntos que tras una virtuosa remontada consiguió ayer en el Etihad Stadium derrotando 1-2 al Manchester City.

«Lo que hizo ese señor Allegri es repugnante. Echa por la borda años de trabajo nuestro y de miles de personas más en el planeta por erradicar por fin el flagelo del matoneo laboral. Es hora de que la UEFA sente un precedente con una sanción ejemplarizante», afirmó su directora Aurora McBeal, desde Dublín.

«Dio un pésimo ejemplo con un comportamiento de capataz que ofendió a millones de personas que han sido víctimas de malos tratos de sus jefes y con el agravante de que la víctima pertenece a una minoría y es inmigrante, fatal por cualquier lado. Es realmente grave y queremos que se sepa que este tipo de conductas no tienen un lugar en el fútbol», añadió.

McBeal se refirió al artículo 56 del reglamento de la Liga de Campeones que permite que «grupos poblacionales se constituyan en actor de causas derivadas de anomalías o comportamientos indebidos durante un partido». Tal norma, asegura, la faculta para radicar la demanda en la que exige que el equipo de Turín pierda los puntos y sea objeto de alguna otra sanción. Dijo también que los reportes de maltratos en espacios laborales que llegan a su despacho se quintuplicaron hoy, «todos siguiendo el ejemplo de ese señor horripilante».

El tribunal de sanciones y disciplina del ente rector del fútbol europeo estudiará el próximo lunes el documento. Juega en contra del equipo italiano el que la ONG en cuestión en su investigación haya recopilado, al parecer, evidencia de otros episodios de presión y mal ambiente que habría experimentado el colombiano desde su llegada. Estos incluyen burlas por «nuevón», asignarle la ducha del vestuario a la que se le dañó el grifo del agua caliente, amarrarle los cordones de los guayos minutos antes de comenzar las prácticas, ser el eterno designado para pararse a cambiar el canal del decodificador de tv satelital en la concentración -el control remoto está perdido desde la temporada 2013-2014- y tener que buscar un parqueadero en cercanías a la sede deportiva del club pagando mensualidad dado que Gianluigi Buffon habría decidido parquear su Alfa Romeo justo sobre la línea que divide su espacio y el del ex jugador del Chelsea.

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