Publicado el por en Proceso de paz, Salud y bienestar, Tendencias.

El poder de las redes sociales para articular causas impulsadas por personas de enorme sensibilidad ha quedado una vez más demostrado. Ahora el turno es para el colectivo «La poinsettería» compuesto por jóvenes bogotanos -hombres y mujeres- en su mayoría usuarios de la red social Twitter y poseedores de una capacidad superlativa para establecer vínculos emocionales con seres vivos y detectar el lado correcto en el que hay que estar en los distintos temas que dividen a la sociedad de hoy.

Dicho movimiento promueve la adopción de cientos de miles de poinsettias que año tras año son abandonadas en enero tras cumplir con su función decorativa en los días navideños.

«Es que a ver, en serio, no hay derecho. Objetivizan a seres vivos para cumplir caprichos que les dicta el mercado que aliena sus almas y no miden el daño que causan», afirma @moon_power. «Fucking trogloditas que creen que una planta es ‘una matica ahí’  y no se les cruzará ever in the life que ellas sienten, viven, tienen anhelos, prejuicios, emociones, pero sobre todo sufrimientos, sufren, sufren mucho al ver que sus cuidadores son tan fariseos con ellas: durante las novenas que ‘venga mi plantica la pongo bien bonita porque ya llega la visita’ y el primero de enero sin siquiera mirarla le piden a la empleada que se deshaga de ella. Ahí es cuando se registran los casos más atroces de maltrato. Tenemos varios testimonios de poinsettias que han sobrevivido a caídas libres por el shut de basuras».

Gracias a los contactos de varios de sus integrantes, «La poinsettería» hay logrado gestionar importantes recursos del posconflicto  -«porque un país que desecha a sus flores es un país que desecha su futuro»- y de agencias de cooperación europeas a las que se ha logrado sensibilizar con esta creciente problemática «logramos sacarle 20.000 euros de los suecos que ya iban a gastar dizque en un puesto de salud en el valle de sibundoy, como si allá no tuvieran a los taitas con su sabiduría ancestral, imagínate, ya querían contaminarlos con medicina occidental», explica @FullVibrations.

Gracias a ello ya fue adecuado un invernadero en Tabio donde se espera recibir a por lo menos 120.000 poinsettias. «Allí les ofreceremos abrazoterapia, aromaterapia y acompañamiento permanente de sicólogos botánicos durante tres meses mientras superan el trauma que genera el abandono. Luego se les capacitará en nuevas destrezas para que puedan servir, no sé, di tú como plantas medicinales, alucinógenas o flor del trabajo».

 

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