La más reciente actualización de la lista de especies protegidas divulgada el viernes por la Wildlife Conservation Society incluye una sorpresa en lo que concierne a Colombia: la inclusión de los santistas como especie que debe ser protegida dado su alto riesgo de extinción.
Afirma el documento que el último conteo arrojó que no más de siete u ocho ejemplares sobreviven en territorio colombiano. La preocupación crece al saberse que el último avistamiento de uno de ellos data de marzo. Al parecer se habría tratado de Gabriel Silva a quién biólogos de esta organización habrían logrado divisar en un coctail.
«Es verdad, están en grave riesgo. Han sido duramente golpeados por sus predadores. El problema pasa porque en apariencia hay muchos, pero si los examinas encuentras que su ADN no corresponde a esta especie sino a otras familias, de los verdaderos ya casi no quedan. Nuestro consejo es juntar a los sobrevivientes y reunirlos en una reserva natural que reúna las condiciones de su hábitat. El Country Club es quizás la mejor opción. Una vez dado este paso hay que seleccionar a los machos en mejores condiciones para iniciar un programa de reproducción», afirmó Manolo Van der Wonden, biólogo de la Universidad de los Andes que trabaja con la WCS.
De no dar resultados esta iniciativa, el plan B consistiría en repatriar a los que sobreviven en embajadas de países del primer mundo o traer algunas parejas de la población, esta sí abundante, que tiene como hábitat centros comerciales del Sur de la Florida. El problema aquí es que traerlos a Colombia implica un alto riesgo de que caigan en depresión profunda, condición en la que es imposible su apareamiento.
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