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LeyvaPaz

En una movida que desconcertó a todos, desde los negociadores de las Farc hasta Álvaro Uribe pasando por Pirry y Falcao, el avezado político conservador conocido por haber sido siempre un abanderado del tema, resultó patentando la paz y registrándola a su nombre en la Cámara de Comercio.

«Me mamé, me mamé de treinta años trabajando para que este país me compre la idea de que es mejor la paz que la guerra, como nadie me paró bolas entonces entonces que se jodan, me quedo yo con la paz y ustedes miren a ver qué se inventan», afirmó, algo descompuesto, Leyva a AP esta tarde.

Y aunque en principio parezca banal y hasta pintoresco el hecho, es innegable que tiene implicaciones a diferentes niveles. Por ejemplo, la iglesia católica ya expresó su preocupación pues sus sacerdotes ya no podrán pedirle a los feligreses que se den la paz sin que antes suene la registradora del político. «Tendremos que ver qué hacemos, inventarnos un saludo de la conciliación, no sé, la verdad estamos perplejos, pero sí, habrá que cumplir la ley, a Dios lo que es de Dios y a César lo que es del César», reflexionó un vocero de la Conferencia Episcopal.

Curiosamente, el hecho puso de acuerdo a voceros de Farc y Gobierno en La Habana. En una breve declaración conjunta le pidieron a Leyva reflexionar, pues aunque reconocen que su maniobra fue legal, «la paz finalmente nos pertenece a todos, como el aire, el agua y el subsuelo (palabra tras la cual el equipo gubernamental pidió incluir un asterisco)». Ha trascendido que el hecho ha causado inquietud y que desde ya se designó un comité conjunto que explore nuevas denominaciones para el acuerdo final que no incluyan la, ahora polémica, palabra «paz».

En otros sectores, la medida ha encontrado sorpresivo respaldo: «Yo no veo por qué ahora condenar al doctor Leyva por lo que hizo.  Él, como buen político, tiene olfato y se olió una oportunidad de negocio. Usted y yo sabemos que en este país hacemos ochas y panochas con la paz: que el torneo de la paz, que la carrera de la paz, que el reinado de la paz, que la empanada de la paz, pues nada, vio la papaya servida para monetizar algo que nadie estaba explotando y procedió. Eso, en buen romance, se llama emprendimiento, no le veo, francamente ningún misterio», apuntó Franco Carrizosa de la Cámara Colombiana de la Innovación.

«Mire: yo les dí la oportunidad para que la paz le trajera progreso a todos los colombianos, pero, le repito, no me pararon bolas. Me rindo. Ahora me la quedo, la voy a poner a producir para mí, para tener mi vejez, siento que tengo derecho», remató Leyva.

Fue posible establecer,  por último,  que se encuentran avanzados los contactos del dirigente con Yoko Ono, precursora mundial en esto de monetizar la paz.

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