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Armero, poco antes de revisar el contrato que firmó sin leer. Todavía sonreía.
Armero, poco antes de revisar el contrato que firmó sin leer. Todavía sonreía.

De la alegría al desconcierto pasó hoy el lateral tumaqueño Pablo Armero luego de conocer que si bien sería nuevo integrante del poderoso y tradicional AC Milán, no sería como futbolista, sino en calidad de profesor de baile.

“Para esta institución es un orgullo contar con un profesional de las calidades de Armero, que si algo dejó claro en la pasada Copa del Mundo fue su enorme talento para el baile. Por eso el club, que tiene como política contar solo con los mejores, se fijó en él. Dictará clases de salsa, merengue, zumba fitness  y, por supuesto, salsa choke, su especialidad, a todos nuestros socios, tres veces al día descansando los lunes”, explicó un vocero de la institución.  “Una vez cada semestre los jugadores asisten al gimnasio de socios, ahí Pablo podrá seguramente cumplir su sueño de compartir con Mario Balotelli, además podrá interactuar con chicas muy bellas y quizás algo más ¿por qué no?”.

Desde luego, el ex Napoli y West Ham, entre otros, se manifestó sorprendido y extrañado. El problema para él pasa porque firmó sin mirar el contrato apenas llegó al  aeropuerto, sin percatarse que el mismo lo vinculaba a término indefinido como instructor de baile, no como jugador de fútbol. “Pablo fue un buen futbolista hace unos años, pero seamos francos, hoy está lejos del nivel que se requiere para jugar en el Milán”, precisó la fuente.

“No sé qué decirte. Ya no hay nada que hacer, deshacer el contrato me costaría una millonada. No queda sino aceptar esto como un designio de Dios y bueno, no te puedo decir que ponerme a las órdenes del profe, porque ahora yo soy el profe”, declaró a AP un compungido Armero.

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