Publicado el por en Farándula, Tendencias.

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El carro de Juan Navidad será repotenciado para enfrentar el polémico fallo

Una nueva sentencia de la Corte Constitucional pondría en aprietos a las compañías de teatro. Esto tras fallar en segunda instancia una tutela a favor de un espectador que consideró que la obra No sé si cortarme las venas o dejármelas largas era un fraude, ya que al final ningún actor se corta las venas.

«El derecho al descanso y entretenimiento del tutelante se vio claramente atropellado ya que durante la obra ni se entretuvo ni descansó. Esto es un precedente para que de ahora en adelante los derechos del espectador primen sobre los de los teatros», aclaró Juan Gustavo Urrutia, magistrado suplente de la Corte.

Esta polémica sentencia abre la puerta a un sinnúmero de interpretaciones y se extendería al cine, teatro callejero, iglesias, plenarias del Senado, cumbres de Unasur, piñatas infantiles y en general a toda atracción en la que el público pague por sentarse a ver algo.

«Estamos preparando un plan de choque para enfrentar este fallo. Como primera medida repotenciaremos el carro de Juan Navidad y pondremos a hacer fonomímica a los niños que canten mal. Así mismo, esconderemos a los feos y sacaremos la plata de la taquilla a una cuenta en Panamá», dice Misi, la famosa productora de teatro musical para niños de todas las edades.

Por otro lado, los empleados del Festival Iberoamericano de Teatro actuarán como autoridad encargada de vigilar la calidad de las interpretaciones en obras de colegio, novenas a escala real y actos de cuentería en universidades.

Aunque aún falta para implementar esta medida, podemos anticipar que el gran ganador será el público que por fin podrá poner en práctica el viejo dicho de «El aplauso es la comida del artista».

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