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Fuleco: Río de Janeiro, 4 de enero de 2010, Neiva, Colombia, 20 de abril de 2014.
Fuleco: Río de Janeiro, 4 de enero de 2010, Neiva, Colombia, 20 de abril de 2014.

Ocurrió esta mañana mientras participaba de una gira promocional del máximo evento del fútbol mundial por los países participantes que organiza uno de sus patrocinadores.

Fuleco, como se le conocía, estaba ubicado en la parte más alta de una de las tres carrozas que sobre remolques tipo «cama baja» avanzaban entre Girardot, Cundinamarca, y la capital del departamento del Huila. A solo dos kilómetros del casco urbano y mientras saludaba, acalorado pero alegre, a cientos de personas que se habían agolpado a la orilla de la carretera para saludar a la caravana, recibió dos disparos que lo derribaron y obligaron a su inmediato traslado a una clínica veterinaria cercana donde falleció minutos después de haber ingresado.

Inmediatamente ocurrido el hecho, a las puertas del lugar se presentaron dos cazadores en compañía de dos canes a reclamar su presa. Sin asomo de vergüenza e ignorando las protestas de los adultos y el llanto desgarrador de los numerosos menores presentes acudieron ante  los veterinarios argumentando que tenían derecho a reclamar el cuerpo para proceder a degustar su carne, muy apetecida entre quienes se empeñan en acabar con la fauna silvestre sin consideración del legado que le quedará a las próximas generaciones.

Valga recordar que esta especie figura entre las declaradas en peligro de extinción y su caza o comercialización es sancionada por la ley. Esto, al parecer,  no lo sabían los dos individuos que mientras discutían fueron aprehendidos junto con sus perros por unidades de la Policía Ambiental para ponerlos a disposición de un Juez de control de garantías que a esta hora legaliza su captura.

El hecho, que ha motivado una nota de protesta de la Cancillería brasileña, y que parece extraído de alguna página escrita por el recientemente fallecido Gabriel García Márquez, representa un duro golpe a la imagen de Colombia en el exterior.

Se ha conocido que el Gobierno colombiano habría propuesto inicialmente disecar el cuerpo del occiso y acondicionarle un dispositivo mecatrónico interno a control remoto diseñado por dos innovadores paisas que estaría en capacidad de recrear sus movimientos en vida, pero al parecer un conocido restaurante de la ciudad ya habría ofertado por el cadáver. Así, el plan B sería el de aportar un armadillo local y someterlo a un intenso régimen de engorde en alguna de las fincas avícolas del Huila con miras a que alcance un peso por lo menos similar al de Fuleco para el día de la inauguración del evento.

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