Una nueva tendencia gastronómica promete sorprender a los asistentes del festival Estéreo Picnic, esta vez por cuenta de una franquicia especializada en lo que ellos llaman comida «vintage».
La comida vintage no es otra cosa que alimentos vencidos, preparados especialmente para el público en situación de hipsteridad por el chef Naco Gómez, un joven cocinero -como pide que le llamen- recién egresado de una famosa escuela de cocina en Barcelona que ha traído al país esta nueva tendencia y cuyas características nos explica:
«La culinaria es una ciencia en continua evolución. Los valores cambian con la cultura y los tiempos. Antes eran bien recibidos los alimentos frescos y recién procesados. Eso ya se ha revaluado, y lo que antes era un pan duro, ahora se llama pan vintage. Cuando abres la nevera y ves un queso vencido, lo que tienes es un queso vintage. Los valores de hoy ya no son la frescura, sino el valor histórico que un alimento puede tener. Piensa en la cantidad de historias que ese queso viejo puede contar. En eso estamos. Ese es nuestro credo», afirmó mientras con su dedo recorría el contorno de un roto en el saco de lana de abotonar adelante tomado sin permiso del armario de su abuelo.
En «La Vintagería» (nombre del local de Gómez) se consigue todo tipo de comida cuya fecha de caducidad ha pasado, desde yogurt vintage, hasta un inquietante postre hecho de helado de fresas rancias sobre una base de calados duros y aroma de postre de natas Santa Fe en estado de semidescomposición inyectado.
Aunque el menú es muy variado, los precios sí son muy modernos. El plato más sencillo, una arepa vintage con mantequilla del 2012 cuesta apenas 35.000.
«La comida vintage siempre ha estado entre nosotros. Un kumis es un vaso de leche vintage y un guarapo es un jugo vintage. De la misma forma, nosotros hacemos de un sánduche viejo, un BLT vintage, o de una lechuga negra, una ensalada vintage. En la escena nacional esto no es muy conocido, pero estamos innovando cada día para aportar a la culinaria nacional, más ahora que la bonanza económica se acabó», remata Naco Gómez mientras corta un tomate vintage.
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