No tuvo los resultados esperados la aplicación MeowTalk con capacidad de traducir a lenguaje humano los maullidos de los gatos caseros.
Pensada para facilitar la convivencia entre amos y mascotas y para generar momentos de distensión y diversión, ha terminado por generar pánico, alimentar viejos rencores y sembrar semillas de división en los hogares.
Lo paradójico es que todo se debe a su éxito.
En lugar de expresiones como ‘yo también los quiero mucho’, ‘muchas gracias por no ahorcarme cuando los despierto a las tres de la mañana con mi ronroneo’ o ‘tus caricias me animan día a día a ser un mejor felino’, la aplicación ha traducido frases como ‘quiero ser libre’, ‘malparidos se quejan de dos meses de cuarentena, yo llevo diez años, perros’, ‘a ver si a estos genios se le ocurre que ese puto atún frío es una mierda y me lo calientan, gonorreas’ o, más desgarrador, ‘adelgacé 4 kilos en una semana, pregúntame cómo’.
Algunos casos puntuales llaman la atención por lo descarnados. Hidráulico, gato criollo de Neiva fue claro en su petición a su dueño, a quien, de paso, exige llamarlos captor: «Estoy cansado de que pagues conmigo tus necesidades afectivas. Y no me digas que soy tu compañero de trabajo, que si me acerco al computador es solo por calor, también lo hago con la nevera y no por eso soy un técnico electricista». Y va más allá: «además estoy cansado de que pagues conmigo tus necesidades afectivas, consíguete un amigo de tu especie y déjame libre, ¡ten hijos!»
Warhol, del alternativo sector capitalino del Park Way , capital antivacunas de Colombia, fue claro en conversación franca con su dueña: «Añoro la época de mis abuelos y los tuyos, cuando sólo nos decían michigo o misifú y no esos nombres ridículos de artistas, dizque Warhol. Maldita vida».
Y la cosa no para ahí. Ya son miles los hogares se han roto por cuenta de los testimonios rendidos por los felinares en relación con las compañías ingresadas por uno de los integrantes de la pareja en los viajes del cónyuge. “Me hubiera ido mejor con un loro, son menos mezquinos”, declaró Eduardo Vélez, actualmente en proceso de divorcio por la delación de su gato.
Por último, las autoridades hicieron un llamado a los dueños de gatos que los mantengan lejos de los teléfonos, pues están congestionando la línea 123 con falsas alarmas.