Los puestos seis y ocho de la tradicional lista de las cien empresas más grandes del país traen este año grandes sorpresas. Se trata de la presencia allí de dos contralorías departamentales. El departamento al que pertenecen permanece en reserva por seguridad de los respectivos contralores departamentales. «Usted sabe que en este país hay mucho envidioso», afirma uno de los responsables de elaborar el listado.
«Para nadie es un secreto que hoy más que la minería ilegal, la coca o la especulación en el mercado del arte, el control fiscal local es la mejor manera de amasar capital, político, claro, pero también financiero», aseguró un conocedor de la economía colombiana. «A mí, la verdad, no me sorprende».
«Son verdaderos clusters de emprendimiento. Sus capos, perdón, sus jefes, a diario se inventan una nueva línea de negocios: cobrar por actuar, cobrar por no actuar, cobrar por caerle a este y no al otro, a todos al tiempo, a ninguno, en fin, le hacen a diario honor a eso de que Colombia es país de emprendimiento en estado puro», complementa otro experto.
Pero las sorpresas no paran ahí. Más abajo aparecen varios Concejos municipales, quienes por su brillante desempeño en una línea de negocios cada vez más prometedora, como lo es la de las reformas arbitrarias a los planes de ordenamiento territoriales vienen en franco ascenso.
El fenómeno es de tal calado que joyerías de Miami y prestigiosas tiendas de moda de la Quinta Avenida de Nueva York estudian para el 2018 fijar un puente festivo en Colombia como temporada de descuentos especiales exclusivas para funcionarios del orden departamental y municipal de nuestro país.
«Contralores y concejales locales criollos codeándose con divas de Hollywood, magnates rusos, especuladores de Wall Street; creo que es la señal definitiva de que Colombia ha logrado comprar un espacio entre los ricos de planeta», aseguró un polémico parlamentario y microempresario electoral.
«Acá lo que toca es suspender el embeleco de la exploración petrolera o de gas o de coltán, aquí lo que toca es metérsela toda a buscar dónde hay más votos. Repito: votos, muchos votos, ahí está el futuro y el billete».