Marcos Fernández, propietario de una empresa de confección con más de 150 tiendas y más de 500 empleados, anunció estar a punto de entrar en bancarrota, ya que las medidas tomadas por el gobierno durante la pandemia del Covid-19 han golpeado fuertemente sus finanzas.
El empresario tuvo que parar la producción por las bajas ventas, la carga de impuestos y las altas tasas de interés. Para cumplir con sus proveedores, ha tenido que liquidar algunos de sus activos e incluso vender varias de sus propiedades.
«Me tocó vender tres de mis casas para pagar la nómina. El BMW lo vendí y me pasé a un Renault Megane a gas. Hace más de un año que no salgo a restaurantes ni estreno reloj. Y encima, me va a tocar empezar a pagar impuestos si aprueban la Reforma Tributaria», dice el empresario mientras se toma una cucharada de antiácido.
El industrial, que se hizo a pulso y empezó con un toldo informal donde vendía tres pares de medias en $1.000, no ha tenido Covid, pero su salud se ha deteriorado debido al estrés que le producen las deudas: «No me acuerdo cuándo fue la última vez que dormí. Vivo con los nervios de punta porque veo acreedores por todas partes. Hasta al cardiólogo le debo».
A pesar de que, según él, la economía echó reversa 15 años, afirma que lo peor que le puede pasar al país es que Gustavo Petro gane las próximas elecciones presidenciales: «Solo le digo una cosa: donde gane Petro, nos vamos al carajo». Tras estas declaraciones, la entrevista vía Zoom tuvo que ser interrumpida debido al constante ruido en la puerta de un grupo de chepitos.