«Las bendiciones de Dios se expresan de mil maneras, ciertamente, pero no de esa, que quede claro». Con esta escueta declaración, monseñor Augusto Torres, vocero de la Conferencia Episcopal Colombiana, anunció que la Iglesia Católica entablará una acción legal sin determinar aún para impedir que mujeres colombianas en situación de voluptuosidad se autodenominen «bendecidas» en las redes sociales.
El prelado afirmó que por cuenta de la costumbre cada vez más extendida entre mujeres de pronunciadas curvas en su figura de promocionarse como bendecidas y afortunadas se ha disparado el flujo de jovencitas que acuden a los templos con el único fin de pedir mejoras sustanciales y en corto tiempo en su apariencia lo que desvirtúa de raíz el mensaje de Cristo.
«Todo lo contrario: la biblia está llena de invitaciones a desprenderse de lo terreno, que incluye desde luego el cuerpo, la carne, fuente de pecado. Las verdaderas bendecidas son esas mujeres que entregan su vida al servicio del prójimo», añadió. «Es una estrategia que viene directo del Vaticano, es voluntad expresa del papa Francisco. Por supuesto, Colombia fue el país escogido para su plan piloto de aplicación».
Mediante un comunicado, Colgrillas, entidad que reúne al 75% de las mujeres bendecidas y afortunadas del país anunció que la decisión del clero es «un ataque aleve contra la libertad de expresión», que si por algo se caracterizan es «por ser guerreras» y, en consecuencia, «que van con toda en los estrados judiciales».