La maleta naranja que identifica a quienes buscan ingresos a través de la aplicación Rappi transportando pedidos de los usuarios de la misma por las calles de por lo menos veinte ciudades de latinoamérica se robó el show durante la reciente pasarela de Turín.
Todo comenzó cuando la modelo colombiana Johana Valterra, que ya es llamada la Neymar de las pasarelas por su talento, pero también por sus frecuentes tropezones que dan pie a caídas tan espectaculares como aparatosas, tuvo que acudir a Cristobal Aristizábal, su asistente personal que la acompaña donde vaya.
A Cristobal, natural de Circasia, Quindío, le pidió un pote de vaselina para efectos de que su piel luciera un poco más dersa y brillante entre un paso y otro por la pasarela que se había instalado en el palacio Marco Pantani dedicada a los diseñadores del Nuevo Mundo.
Cristobal, conocido en el ámbito del modelaje por su actitud siempre irreverente y desparpajada, no tuvo problema en interrumpir el primer desfile de su jefa para hacerle llegar su pedido. El protagonista de esta historia portaba en su espalda la maleta de marras, toda vez que en sus ratos libres en Medellín ‘cuadra caja’ con ‘los pesitos que me dejan los mandados que hago por Rappi’.
Inmediatamente pisó la tarima el joven quindiano, el público presente estalló en un sonoro y eufórico aplauso sin que ninguna de las modelos presentes en ese momento en el tablado, Valterra incluida, supieran muy bien qué era lo que estaba ocurriendo. Lo único que tenían claro es que no eran ellas quienes habían generado la euforia.
Rápidamente, Giovanni Bonfiglio, reconocido periodista de moda de Il Corriere Della Sera, bordeando el éxtasis se paró, tomó de la mano a Aristizábal y lo llevó al final de la pasarela para que no quedara duda sobre a quién quien tenía al público en tal estado de excitación.
El hecho fue registrado por todos los medios italianos y europeos. Todos coincidieron en los elementos neodisruptivos de transvanguardia que a simple vista destellan de la maletica en cuestión. Algunos gurús no vacilaron incluso en calificarla como el nuevo santo grial de la moda, el diseño, la estética y el color.
De nada han valido las protestas de numerosas ONG que han querido llamar la atención sobre las precarias condiciones laborales de quienes optan por trabajar con esta aplicación, considerada por los gurús del emprendimiento digital como el primer unicornio colombiano. Activistas de los derechos laborales se burlan de esta denominación asegurando que máximo logra poner a los pobres rappitenderos y rappitenderas a trabajar como mulas.
Lo cierto es que esto ha motivado un augue que nadie habría podido calcular en el uso cotidiano de la ‘maletica’ por parte de las más reconocidas figuras de la moda, la farándula y las artes del viejo continente. Una de estas maletas, original hecha en China pero usada por un rappitendero colombiano ya alcanza un valor cercano a los 100.00 dólares, cotización que ya superó la de los chalecos de la Bogotá Humana, que en su momento también hicieron furor entre la vanguardia de la moda y el estilo en el viejo continente. ‘Parecía el Carulla de la 63 a las 11:00’, comentó un colombiano que asistió la semana pasada a la alfombra roja de Cannes que, por momentos, y por la abundancia de maletas de Rappi lució naranja.
Les compartimos la viñeta ganadora de nuestro concurso con FICCO. Felicitaciones a la ganadora, Natalia Guzmán.
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