Las temibles tanquetas negras del Escuadrón Móvi Antidisturbios (Esmad), usadas antes del Coronavirus para persuadir y transportar a los manifestantes en las protestas, han empezado a usarse desde hoy con fines de asepsia de las calles de Colombia.
Los potentes chorros de agua que antaño servían para enfriar los ánimos de los encapuchados ahora se mezclan con jabón y un poco de cloro para eliminar a un enemigo más peligroso: el Coronavirus, transmisor del Covid-19.
Por esto, es cada vez más común ver a las multitudes desde sus ventanas celebrando la llegada de las tanquetas, con la promesa de «desaparecer» cualquier rastro del virus que amenaza al mundo.
«En las ocasiones que lo ameriten, los ciudadanos que sean sorprendidos sin excusa válida en la calle, procederán a ser bañados con la tanqueta. De este modo cumplimos la doble función: pedagógica y de aseo, tan importante en esta pandemia», explicó la siempre diligente teniente Yolima Rada, conductora de uno de estos camiones.
Este plan, bautizado como Operación Pompas, complementa la importante labor de la policía para la prevención del Covid-19, que con muñecos inflables y coreografías del Chuchuwa frente a los conjuntos residenciales tiene en jaque al Coronavirus.
