No pasa un día sin una decisión polémica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La de hoy parece haber sentado un hito muy difícil de superar: mediante orden ejecutiva, ha decidido declarar reserva natural nada menos que a la popular mansión Playboy, hogar del excéntrico Hugh Hefner y sus «conejitas».
«El viejo concepto de parque natural referido a un bosque abandonado sin presencia de progreso, solo habitado por animales sin educación ni cuenta bancaria es uno de los obstáculos que impiden que América pueda ser grande», explicó.
«Los jóvenes de las últimas generaciones han crecido creyendo que está bien dejar la naturaleza intacta, valorando como bueno que el hombre no se meta en territorios salvajes. Nosotros creemos lo contrario, que es hora de que el hombre vuelva a dominar la naturaleza y así le de ejemplo a sus hijos, ¿hace cuánto que este país no le gana una batalla al ambiente?», aseguró después su asesor en temas ambientales.
«Queremos reformular toda la idea de la preservación, por años en manos de comunistas demócratas. Este será el primero de una nueva generación de parques y reservas naturales mucho más a tono con el ciudadano americano promedio. No descartamos que el siguiente en ser declarado parque natural sea Epcot Center».
«Es que a América no le sirven conejos salvajes, sin tarjeta de crédito, sin producir, solo consumiendo recursos. El país necesita definitivamente más conejitas. Es sobre ellas, y no sobre los animales, que debemos concentrar nuestros esfuerzos para preservar su especie, Donald desde muy niño ha sido un benefactor de esta causa», añadió.
Sobre el sustento legal de la decisión, el asesor de marras fue enfático que esta tiene pleno soporte: «todo lo que pasa allá dentro es salvaje y al mismo tiempo de ambiente, se trata de especies únicas que deben ser preservadas, quizás en lo único que admitimos dudas en lo de natural, pues la muchas de las conejitas son peliteñidas y usan implantes».