La decisión de Jesús Santrich de asumir con máximo rigor su rol como representante a la cámara tuvo una inesperada recompensa: es el empleado del mes del Congreso de la República.
«Se sale de mis manos, repito, se sale de mis manos, es un algoritmo», afirmó un muy turbado presidente saliente de esta corporación, Ernesto Macías.
«Bueno, no esperaba comenzar a cosechar logros tan pronto, pero lo recibo con agradecimiento y cariño ambos revolucionarios. Será un elemento más a tener en cuenta en mi proceso ante la Corte, espero que los honorables magistrados lo sepan valorar en toda su magnitud», declaró, por su parte el homenajeado visiblemente emocionado.
«A ver les explico, es un software que nos llegó hace dos años por un convenio que firmó Farcsantos con los finlandeses, los comunistas finlandeses permítame acotar duélale a quién le duela. El programa tiene un algoritmo que lleva un registro del tiempo de permanencia de todos los empleados de acá, sean senadores, representantes, miembros de sus UTL, administrativos, policías, etc. y lo hace a partir de las tarjetas de ingreso que todos tienen, incluso los narcotraficantes, cínicos, asesinos, castrochavistas», afirmó mientras perdía progresivamente la compostura.
«Sí. A todo señor, todo honor y la verdad es que si estuvo no solo en todas las sesiones sino en todos los eventos de recursos humanos. Que la capacitación en el nuevo sistema para pedir vacaciones, allá estaba; que el taller de origami, allá estaba; que el yoga para sedentarios, allá estaba; que la copa de vino para los papitos, allá estaba», comentó un colega senador que prefirió permanecer en el anonimato.
Llamó la atención, por último, la decisión de Santrich de donar el premio, un televisor, a los empleados del capitolio. «Como el país lo supo, vengo de negociar una cantidad importante, así que no necesito más», puntualizó.