La escena que escandalizó a medio país —el presidente Gustavo Petro lanzando piropos y gestos afectivos a Gloria Miranda en un evento público— ya tiene nuevas interpretaciones. Y no, no fue machismo: fue pura teoría crítica aplicada en vivo según conclusión de los sabios de la prestigiosa Universidad San José.
Según estos expertos, entre otrxs, en estudios culturales, lo que vimos fue un acto performativo de reconocimiento interseccional. “Cuando Petro dice que su subalterna es bella, no la cosifica: la visibiliza. Está redistribuyendo capital erótico en clave decolonial”, explicó su vocero.
Otros integrantes de este cluster de pensamiento post-progresista sostienen que la cercanía corporal del mandatario responde a un ejercicio de eco-afectividad intersubjetiva. Es decir, que cuando invade el espacio personal, en realidad está creando un campo vibracional de cuidados. “Lo que para el feminismo clásico es acoso, en Petro es pedagogía somática”, añadieron.
El pronunciamiento es tajante en que Petro simplemente buscaba romper el binarismo colonial entre razón y deseo. Es decir: transformar el Palacio de Nariño en un Tinder de la igualdad radical.
Así pues, la polémica queda superada. A juicio de este puñado de gurús de mayoría catalana,donde la prensa ve patriarcado, la teoría crítica descubre emancipación. «Y es que si en Colombia hasta el café puede ser orgánico, ¿por qué un piropo no habría de ser decolonial?», bromeó uno de ellos mientras revisaba su saldo en el Secop.