Con cola de retriever, mirada de poodle y cuerpo de perro de playa, el pastor Arrázola es la nueva raza canina que ha surgido por selección natural en la costa atlántica colombiana, aunque sus criadores afirmen que es una creación divina.
Su instinto le permite oler el socialismo a metros, lanzar ladridos en todos los tonos contra la población LGTBI y morder a cualquier periodista con dos dedos de frente que cuestione los millonarios ingresos de algunas iglesias cristianas.
“Que le vaya como perro en misa” claman inútilmente las víctimas de este can, que goza de tarima propia, micrófono, organeta y perras de todas las razas.
Entre sus múltiples destrezas, el animal tiene la sorprendente habilidad de interpretar versículos de la Biblia. Por ejemplo, cuando sus amos le dicen: “Juan 14: 7-9”, el perro interpreta la frase “Dios es amor” y corre a aparearse con cuanta pierna encuentra en la congregación religiosa. En cambio, ante la orden “Génesis 1:27” donde se afirma que “Dios los hizo hombre y mujer”, el Pastor Arrázola se lanza a morder homosexuales.
Cada pastor está entrenado para pasar el sombrerito en los días de culto y gruñe cuando percibe que algún miembro del rebaño da menos del 10% de lo que gana al mes.
El costo aproximado de un Pastor Arrázola puro es de dos millones de pesos, de los cuales doscientos mil pesos son para la iglesia que los cría y el resto para los pobres pastores cristianos.