Las paredes del edificio Conquistador ubicado en el sector del Park Way de Bogotá, zona reconocida por ser la que presenta el más alto índice de habitantes con estudios de doctorado por metro cuadrado del país retumbaron la noche del pasado martes.
La causa eran los golpes de que Julián Pedro Posada-Del Corral, filósofo con magíster en sociología de la ciencia, doctorado en historia de la gastronomía con perspectiva de género y reconocido militante del Polo Democrático, se daba contra las paredes tras una conversación con su hija de 17 años que el próximo mes de junio se graduará de bachiller del Liceo Francés.
«Mi papá siempre me dijo que me había educado en la autonomía y que jamás iba a ser un obstáculo en mi realización como persona, que tenía toda la libertad para elegir mi camino. Pero tanta carreta se le olvidó cuando le dije que mi vocación es abrirme camino como chica car audio», afirma su primogénita Guadalupe.
«A ver, aclaremos. Hay límites. Cuando yo le decía a Guadalupe que podía hacer lo que quisiera con su vida me la imaginaba queriendo estudiar ingeniería, de comisionista de bolsa o incluso de social media expert, pero aquí ya estamos ante un oficio denigrante, que no es oficio, no es carrera, no es profesión, sino es vagabundería pura que atenta contra su dignidad, honra y meta ahí bienes», declaró un molesto Posada-Del Corral a este reportero.
«No le hagan caso a mi Pa. Ven te explico: a mí desde peque y gracias a él y su influencia me interesaron la música electrónica, la estética, la física y el estudio de las economías ilegales. Cuando me tocó ver qué estudiar andaba reperdida, hasta que una noche en la T un desfile car audio me iluminó. No hay oficio que combine mejor todos mis gustos. Ya que a él le parezca paila pues mal para él, pero yo sigo mi camino, que él siga con su mamertada ficti», responde Guadalupe.
«Pues qué le digo. Tener fe que sea algo pasajero. Porque es que después de esto solo viene que le empiece a gustar el pan blanco, el fútbol, el pollo asado y los realities de los medios masivos propiedad del gran capital. Por ahora tengo pensado ofrecerle mandarla un año a Paris a ver si se le pasa el embeleco», concluyó Posada-Del Corral.